domingo, 31 de enero de 2016

Cuatro piezas para cuestionar la existencia: Juan Luis Moraza en Espacio Mínimo BY MARCOS FERNÁNDEZ | ENERO 19, 2016 Cuatro piezas para cuestionar la existencia: Juan Luis Moraza en Espacio MínimoVer imágenes Detalle de la pieza titulada "Calendario de Fiestas Laborales" de Juan Luis Moraza en Espacio Mínimo. (Por cortesía de Espacio Mínimo) RELATED VENUES Galería Espacio Mínimo Cuatro esquinas tiene esa habitación, cuanto patas tiene la mesa donde desayuné indiferentemente, cuatro páginas del libro “Trilogía sucia de La Habana” son las que me leí durante un lucido momento cafetero, cuatro pecas son las que flanquean la cicatriz que me hice en el costado hace años y, cuatro piezas, son las que conforman la exposición Juan Luis Moraza titulada “Trabajo absoluto”. Dentro del cubo blanco de la galería Espacio Mínimo de Madrid y, después de su no muy lejana comparecencia en el MNCARS -mediante la exposición titulada “República” durante el pasado 2014-, Moraza aterriza por primera vez en estas inmediaciones de la calle Doctor Fourquet para presentar algunas de las cuestiones que han rodeado su trabajo en los últimos años. Me tengo que dar por aludido. La consolidación de esos márgenes, en los que silenciosamente el cosmopolita cae, nos hace indirectamente formar parte de la sutil metáfora distópica del trabajo: un alienado despliegue de la intenciones más impúdicas del liberalismo actual, con base al carácter pragmático del valor que, el ser humano, supone para un mundo sobreestimulado. Las cuatro pieza son tituladas “La fiesta como oficio”, “Calendario de fiestas laborables”, “Erosis (oficios de goce)” y “Nofondos”. Cuatro elemento complementarios y suplementarios que nos ayudan a ver el por qué el ser se negó a ser dueño de su propia idiosincrasia, como pronosticó Aldous Huxley en su célebre “Un mundo feliz”. En ese sentido, sólo nos queda el valor del artista que pone en manifiesto lo que sabíamos de antemano y que queda perfectamente expuesto en lo que nos comenta la galería: “Hoy se ha implantado una noción de trabajo absoluto, aplicada indistintamente a cualquier aspecto de nuestra existencia: trabajamos las emociones, trabajamos nuestro cuerpo, nuestras relaciones, nuestras formas de descanso, trabajamos nuestra imagen y nuestro futuro. No es la natural laboriosidad de lo real, sino la capitalización instrumental y acelerada de la experiencia; y para cada área de esta trabajosa vida, existen expertos, escuelas y empresas que contribuyen a perfeccionar y aumentar nuestra laboriosidad. Cada vez más estamos obligados a ser productivos hasta en el descanso, y competimos en un mercado total en el que la experiencia es ya plenamente cotizable”. En su momento, cuando Iñaki Gracenea expuso en la galería madrileña Distrito 4, puse en manifiesto lo que consideraba un abuso de la sociedad distópica del poder silencioso: “George Orwell lo vaticinaba en sus abiertas metáforas: el ojo vigilante no pestañea y tiende a tener el lacrimal lo suficientemente lubricado para no perderse ni una décima de segundo de lo que pasa. Al margen de la sátira sobre el stalinismo que supuso la aclamada obra “Rebelión en la granja”, quizás sea más acertado poner nuestro punto de mira sobre esa otra llamada “1984”, que considero que si es un cáustico modo de sobreentender el porqué podemos sentirnos intimidados por la mirada del otro o de los otros. [...] El camino de la ciencia ficción distópica, o de una sociedad utópica indeseable, ha sido uno de los fundamentos más destacables por esos que han visto en el neoliberalismo, o el capitalismo salvaje, un modo de anular la conciencia humana a través del falso conocimiento y de las realidades amplificadamente dañinas”. Ahí queda. Desde el pasado 16 de enero al 5 de marzo, en la galería Espacio Mínimo de Madrid, puede visitar la exposición “Trabajo absoluto” de Juan Luis Moraza. - See more at: http://es.blouinartinfo.com/news/story/1314170/cuatro-piezas-para-cuestionar-la-existencia-juan-luis-moraza#sthash.VosMNNzI.dpuf

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