jueves, 3 de marzo de 2016

FUCK THE WORLD I AM AN ARTIST


FUCK THE WORLD I AM AN ARTIST
Trabajo absoluto, Juan Luis Moraza, Galería Espacio Mínimo.
Beatriz Lalanda



La exposición de Juan Luis Moraza es una oda al trabajo, el artista es un enamorado de su profesión y lo plasma a lo largo de toda la exposición.
Nada más entrar  a la galería lo descubres, te sorprende impactante  con su primera obra Calendario de Fiestas Laborales, en esta se despliega un calendario de taco por toda la pared, haciendo un gran contraste con la otra pared que contiene el mismo, manteniendo el formato original. Este calendario es muy peculiar, todos los días son uno de mayo, día internacional del trabajador. Lo acompañan 664 aforismos escritos por él, algunos muy irónicos, lo que consigue sacarte una sonrisa y otros no tanto. Pero lo verdaderamente curioso de este calendario es que falta un día y justo el día que falta es el uno de Mayo. Con esta exclusión, lo que da a entender es que para el artista su trabajo es su gran pasión, por lo que  celebra los 365 días del año, trabajando, que es lo que  gusta. Salvo el día del trabajador que paradójicamente es el único día que no se trabaja.
Realmente no es paradójico pues es una festividad que conmemora el movimiento obrero, en una népoca en la que los trabajadores estaban muy explotados y por eso es un día no laboral, porque se exigía un día de descanso. Pero ahora vivimos en un mundo de trabajadores absolutos. Todo el ocio, toda la vida personal está marcada por el trabajo. Baudelaire decía que “La máxima astucia del diablo consiste en convencernos de que no existe”. Pues en la actualidad el trabajo se ha transformado en ocio, pero en el caso de Moraza para bien, pues el sentir que el trabajo no es trabajo sino deseo de expresarse y hacer arte es una estrategia para la felicidad. Esta muy lejos de ser ese trabajador que no es persona, sino mano de obra del cual hablaba Marx en su teoría de la alineación.

En la siguiente obra expuesta, Erosis, es una magnifica representación de las pulsiones de la vida de Freud,  las tizas tienen un doble juego, representa el carácter fálico de las pulsiones sexuales, a la vez que  las pulsiones de autoconservación. En los cuadros se apoya para mostrar la erosión de la vida, desmaterializándola y quedando en lo que falta. Pero esta obra no solo recuerda a Freud sino que también recuerda a un campo de batalla como el de la historia, y como la vida pasa a lo largo del tiempo por un mismo espacio al que llamamos Tierra. Los conceptos, espacio y tiempo, son homólogos a los que sacamos de la anterior pieza, trabajo absoluto y realidad. Estos se alinean creando un hilo conductor, pero  teniendo Erosis, un tono más depresivo. Los tonos grises siempre se ha asociado a las desgracias, como el Guernica o la bomba de Hirosima, será porque en esos casos se ha tratado a las poblaciones igual forma, sin diferenciar entre civiles ni militares, como en esta obra, que las representaciones de la vida son iguales, trozos de yeso.

Por último analizamos la instalación La fiesta como oficio, en ella volvemos a un tema común en toda la exposición, el tiempo. Solamente la llegada a la sala te produce un sentimiento inquieto, siendo más oscura y vibrante que las anteriores accedes a ella como si fueras a encontrar un tesoro, y lo encuentras. El tesoro más preciado y valorado en la actualidad, el tiempo, un  tic tac similar a los latidos del corazón, te avisa que  la vida es efímera y hay que hacer un arte de lo que te gusta.

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