“Trabajo absoluto”, Juan Luis Moraza, Galería Espacio Mínimo, del 16 de Enero hasta el 5 de Marzo de 2016.
Cynthia Donoso Cuenda
“Trabajo
absoluto” es la primera exposición individual del escultor Juan
Moraza en la Galería Espacio Mínimo. En la exposición podemos observar la evolución
de sus trabajos anteriores, como Implejidades
(2010), Software (2011) y República (2014), donde se muestra la
pérdida de identidad. La intención de Moraza en sus obras es acercar al público
a la obra, que el visitante se sienta participe de ella creando un interesante
diálogo entre obra y espectador.
El título de la exposición, “Trabajo absoluto”es una adaptación del concepto “guerra absoluta”
designado por Clausewitz y llevado a la práctica por Hitler, donde se cuestiona
y critica las exigencias de la productividad que requiere el sistema
capitalista en el que nos encontramos, y que provoca dejar en un último plano
nuestra vida personal, convirtiéndonos en esclavos de nuestro sistema y
trabajo.
Moraza expone sus ideas a través de cuatro obras: La fiesta como oficio, Calendario de
fiestas laborales, Erosis y Nofondos. A través de estas, el artista quiere
transmitir al espectador, el proceso de monotonía al que estamos sometidos
desde la industrialización. El capitalismo nos convierte en meros engranajes de
la economía, perdiendo nuestra propia identidad en servicio de un “bien más
importante” que el de nuestras propias vidas, la economía.
La fiesta
como oficio es una instalación compuesta por dos piezas, un calendario en el que
encontramos la primera reflexión crítica: “El trabajo es una mera continuación de la política por otros medios,
y por la colocación de las 366 páginas que forman dicho calendario, marcando
todas las páginas el día 1 de Mayo, Día Internacional del Trabajo. El año 2016
es un año bisiesto, por lo que podría suponer una visión del año en el que nos
encontramos. En todas las páginas nos encontramos mensajes sobre el trabajo y
el ocio en nuestra sociedad y la estrecha línea que la separa. El artista nos invita
a hacer una retrospectiva sobre nuestro papel como trabajador, somos marionetas
del sistema, sistema que nos cataloga, nos dice si servimos para un trabajo o
no y nos desecha cuando consideran que no somos útiles. Y nosotros, ¿qué
hacemos? Nos entregamos en cuerpo y alma al sistema, nos convertimos en sus
peones, olvidándonos de disfrutar de la vida y olvidamos nuestro ocio para
entregarnos al trabajo. Se trata de mostrarnos, lo paradójico de celebrar la
fiesta del trabajador, cuando ser trabajador es lo que hace que perdamos nuestra
identidad. Celebramos nuestro aprisionamiento.
Siguiendo esta línea,
nos presenta Fiesta como ocio, un
reloj cuyas flechas no avanzan sino que retroceden en el tiempo, el mismo film
repetido día tras día. Nuestro tiempo es monotonía, obligaciones y entrega. “La
vida entera se consume y es consumida”
“Erosis”, un conjunto de tizas de gran tamaño y “Nofondos”, pizarras llenas de grafismos en tizas que demuestra la
acumulación de la expresión, nos muestra un diálogo entre el formalismo y el
informalismo. Con la primera se nos muestra el desgaste y la fricción, el eros
y la erosión; mientras que con la segunda, se nos acerca a “lógica del signo”,
a veces cuando la escritura supera a la imagen, es mejor borrar para poder
aprender más
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