jueves, 3 de marzo de 2016

TRABAJAR, MALVIVIR Y MORIR.

“Trabajo absoluto”, Juan Luis Moraza, Galería Espacio Mínimo, del 16 de Enero hasta el 5 de Marzo de 2016.
Melisa Vargas del Pino

Moraza siempre ha construido interactuando con su obra artística, un discurso conceptual donde el lenguaje y las ideas constituyen también un lugar habitado por el artista, junto con las formas y características de los objetos y situaciones que propone en cada proyecto. La muestra, busca la interacción con el público, al que se ofrece sensaciones visuales y auditivas.

Trabajo absoluto es la primera exposición individual de este escultor, y está muy relacionado con trabajos anteriores como Implejidades (2010) o República (2014). Desde un primer momento, con panfleto en mano, dividimos la exposición en cuatro piezas que se complementan, “La fiesta como oficio”, “Calendario de fiestas laborables”, “Erosis” y “Nofondos”.

En esta exhibición, Moraza habla del trabajo a nivel global y a nivel individual, nada más entrar nos topamos con una saturación de 365 hojas con el 1 de Mayo agigantado o día del trabajador. Estas hojas vienen a su vez con frases como “Si nos pagaran por hacer lo que hacemos cuando no trabajamos, no habría precio que consideráramos suficiente”, recordando así a Marx, que estableció que la plenitud no se logra trabajando, sino cuando no se está haciendo, por lo tanto, el trabajo rutinario, solo alcanza sentido a través de la paga, que no debería ser el fin, sino que debería serlo, el trabajo en sí mismo.

Saliendo de la caótica visión de unos rojos, nos metemos en la erosis y nofondos, todo con un blanco muy virginal, en el que es inevitable compararte en altura con las tizas de yeso expuestas. Caos, ilegibilidad, formalidad e informalidad, todo  ello unido a una extraña sensación de serenidad, recogido en una misma sala, desconcierta. Esta pieza en concreto está muy relacionada con sus trabajos anteriores, mostrando la tiza como el instrumento del artista y las pizarras, como un recuerdo ineludible al carácter docente que representa.

Con toda la confusión mental que supone esta primera parte, nos adentramos en la última expectantes sobre qué nos espera al final. El reloj en el suelo, las luces amarillas y las bandas en el techo,-como si de una obra se tratase-, se completa con audios de personas recitando aforismos. Ese espacio tan reducido, te incita a reflexionar in situ sobre una de las ideas de fondo que subyace en esta muestra, el desconocimiento que tenemos sobre el mundo, salvo por los sistemas.

Todo esto de la elección del calendario de fiestas laborables o la fiesta como oficio, nos lleva a plantearnos ¿Porqué se celebra el 1 de Mayo el Día del trabajador? Es cierto que es una fecha en la que el trabajador disfruta de un día de descanso pagado; pero lo que quizás no es tan conocido es la sangrienta historia que se esconde detrás de esta fecha y la lucha de las personas gracias a las cuales se disfruta de este día libre. Finalmente al observar las diferentes oraciones enunciadas debajo de esta simbólica fecha, te ves obligado de alguna manera a ir buscando “tu frase”, aquella con la cual te vas a identificar. Al final todo se resume al hecho de que todos somos trabajadores, tenemos una misma data, pero nuestro slogan de vida es diferente.

Estamos en un lento pero continuo retroceso, como ese reloj que va al revés, poco a poco el tiempo se nos están yendo y por el camino se están perdiendo muchos derechos por los que se lucharon; al final, como en Tiempos modernos, nos hemos convertido en un rebaño de ovejas siguiendo a su pastor, el capitalismo, y es sólo cuestión de tiempo, que perdamos el poco humanismo que nos queda. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario