CARNICERÍA APOCALÍPTICA
Manuel Franquelo Giner, Biolencia Hepidé®mica, Twin Gallery
(14 de enero-13 de febrero de 2016)
Cynthia Donoso Cuenda
En una
pequeña galería de San Bernardo, la Twin Gallery, encontramos un escenario
violento y cruel, como si de una carnicería se tratará, donde el rojo es el
color predominante provocándonos un perturbador impacto. Tras esta primera
impresión, lo que hayamos dentro de la sala nos remite a una sensación de
desconcierto y culpabilidad. Encontramos dibujos pintados en boli bic rojo,
probetas, fotografías donde el protagonista es un apetecible chuletón, una
tabla de cortar y una bandeja de plástico de gran tamaño, una loncha de bacón
gigante y en el centro de la sala, unos corderos de gran realismo colgados al
techo realizados con un exquisito chocolate. La sala totalmente
blanca e impoluta recoge las obras como si de un quirófano se tratase, estamos
a puntos de presenciar una operación a corazón abierto sobre nuestro sistema
capitalista.
Estamos
situados frente a la primera muestra individual del artista Manuel Franquelo
Giner, Biolencia Hepidé®mica, cuya finalidad es reflejar la
hipocresía del capitalismo, el consumismo y la producción en masa, haciéndonos
reflexionar sobre el mundo en el que vivimos y sobre nuestro papel en la
sociedad, totalmente carente de función puesto que son las grandes entidades
las que ejercen el control sobre nosotros.
El
artista transmite este mensaje de manera sublime gracias a las obras, puesto
que tienen una fuerte carga política y crítica, que para ser entendidas
necesitan de una explicación adecuada ya que no tendrían sentido por sí mismas.
A través de ellas, se invita al espectador a iniciar un viaje retrospectivo más
allá de la epidermis de nuestra sociedad, jugando con la contraposición de lo
apetecible y lo desagradable. Nos presenta un deseoso chuletón y al mismo
tiempo nos muestra la crueldad con la que se realiza los procesos de producción
en masa; de la misma forma que nos muestra una bandeja de plástico y nos está
informando del índice de corrupción en los altos cargos políticos, algo tan
común en nuestros días, al igual que al ver unos corderos colgados nos
transmite una sensación de desagrado pero al enterarnos que están hechos de
chocolate la sensación se vuelve totalmente contraria siendo ahora nuestro
principal objetivo comer un pedazo del cordero o una loncha de bacón que nos resulta
tan deliciosa pero que si viéramos realmente de lo que está hecho la sensación
sería bien diferente. Por lo tanto, estamos viendo como el artista
juega con los sentimientos del espectador, creándole sentimientos encontrados y
dándonos cuenta así de la capa de hipocresía que envuelve a nuestra sociedad.
El escenario que recrea el artista es una visión totalmente
apocalíptica de nuestro tiempo, el fin del mundo está llegando debido a
nuestras ansias insaciables de consumir y de poseer, permitimos que nuestro
políticos nos engañen con la corrupción en tal de que nuestra forma de vida no
cambie, que nos timen con lo que comemos diciéndonos que estamos comiendo una
loncha de bacón que en verdad tiene un porcentaje mínimo del producto y
permitimos que realicen crueles actos de producción en tal de tener nuestro
chuletón puesto en la mesa a la hora de comer. Es decir, permitimos todos esos
actos que en un primer momento nos parece totalmente inaceptables en tal de
tratar de saciar nuestro infinito inconformismo. Lo más violento, es que no
solo te das cuenta de los problemas de la sociedad sino de nuestra propia
hipocresía y pasividad mientras criticamos y argumentamos que estos hechos nos
parecen despreciables seguimos cayendo día tras día en el consumismo, y es que
no hay que olvidar que el ser humano es el único que tropieza dos veces con la
misma piedra.
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