Juan Muñoz, Galería Elvira González, 20 de Enero hasta el 30
de Marzo 2016, Madrid.
Raquel Milara Mateos
Juan
Muñoz fue una artista contemporáneo muy prolifero , un gran renovador de la
escultura, esta exposición representa la última etapa de su vida (1990-2000),
se caracteriza por ser muy creativa, tanto que incluso cuesta entender , desgraciadamente tuvo una muerte
prematura cuando apenas tenía 5O años en
el 2001, aunque tuvo una larga vida profesional. En esta exposición podemos observar
algunas de sus fotografías o grabados. Además podemos apreciar el papel tan
importante que juega el ser humano en esta exposición, sobre todo en sus
esculturas, estas son de admirar, estos son más que pequeños que al natural. En sus obras demuestra un
gran dominio de la técnica. La exposición
refleja la soledad en la que muchas veces se encuentran las personas y
la dificultad de encontrar una identidad, los colores que priman son los tonos
grisáceos, el negro y blanco, reflejando así esa soledad.
Pienso que la
organización de la sala no es muy acertada, por ejemplo, había escondida una escultura sola, si no lees la hoja no la
ves porque le tapa un gran muro, en ella muestra a un hombre de menor tamaño
que el natural completamente solo, en ella representa la soledad del ser
humano, aunque es contradictorio ya que este en vez de estar triste, se muestra
alegre, con una sonrisa que se puede
definir como una exageración. Esta obra contrasta con otra sobre la pared, en
la que los personajes interactúan, se ríen, pero el espectador no entiende el
motivo, se puede apreciar un cierto desequilibrio en las manos, estas todavía
no están muy bien logradas, sus
esculturas son contradictorias. También me parece interesante que el espectador
pueda acercarse para poder contemplarlas, es curioso como muestra la
arquitectura con el personaje subido en un balcón, este no tiene ningún signo
en el rostro, no sabemos que le puede ocurrir, es muy plano, probablemente
ahonde en el tema de la soledad. Sin duda, es interesante la renovación que
hace de los materiales y la forma de proyectarlos.
Sus
obras pictóricas podemos apreciar esa perspectiva y ese contraste con lo irreal,
también refleja lo imposible , ya que es imposible el hecho de que
una silla este sobre dos patas en una chimenea, sin duda lo más logrado es el
juego de luces y sombras.
Por
otro lado, no me gustó nada que no hubiese un cartel explicativo, donde
estuviese presente el nombre de la obra y el año, tan solo había un par de
papeles plastificados que servían como guía, pero como en esos momentos hubiese
más gente contemplando la exposición, no te enteras de nada.
Finalmente,
cuando entras en la exposición, sientes un vacío, no sabes a donde ir
porque no entiendes nada, quizás porque
son temas que los artistas apenas utilizan. Una pega que le pondría a la sala
es la descontextualización, todo muy mezclado, no hay un hilo conductor hasta que no profundizas y la contemplas
detenidamente el significado de sus obras, todas tienen un gran trasfondo. Es
una exposición que recomendaría al público, ya que en ella muestra su estilo
tan particular, conoces un poquito más de Juan Muñoz.
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