jueves, 25 de febrero de 2016

Juan Muñoz, Galería Elvira González, 20 de Enero hasta el 30 de Marzo 2016, Madrid.

Raquel Milara Mateos

Juan Muñoz fue una artista contemporáneo muy prolifero , un gran renovador de la escultura, esta exposición representa la última etapa de su vida (1990-2000), se caracteriza por ser muy creativa, tanto que incluso cuesta  entender , desgraciadamente tuvo una muerte prematura  cuando apenas tenía 5O años en el 2001, aunque tuvo una larga vida profesional. En esta exposición podemos observar algunas de sus fotografías o grabados. Además podemos apreciar el papel tan importante que juega el ser humano en esta exposición, sobre todo en sus esculturas, estas  son de admirar, estos son más que pequeños que al natural. En sus obras demuestra un gran dominio de la técnica. La exposición  refleja la soledad en la que muchas veces se encuentran las personas y la dificultad de encontrar una identidad, los colores que priman son los tonos grisáceos, el negro y blanco, reflejando así esa soledad. 
Pienso que la organización de la sala no es muy acertada, por ejemplo, había escondida  una escultura sola, si no lees la hoja no la ves porque le tapa un gran muro, en ella muestra a un hombre de menor tamaño que el natural completamente solo, en ella representa la soledad del ser humano, aunque es contradictorio ya que este en vez de estar triste, se muestra alegre, con una sonrisa que se  puede definir como una exageración. Esta obra contrasta con otra sobre la pared, en la que los personajes interactúan, se ríen, pero el espectador no entiende el motivo, se puede apreciar un cierto desequilibrio en las manos, estas todavía no están muy bien logradas,  sus esculturas son contradictorias. También me parece interesante que el espectador pueda acercarse para poder contemplarlas, es curioso como muestra la arquitectura con el personaje subido en un balcón, este no tiene ningún signo en el rostro, no sabemos que le puede ocurrir, es muy plano, probablemente ahonde en el tema de la soledad. Sin duda, es interesante la renovación que hace de los materiales y la forma de proyectarlos.
Sus obras pictóricas podemos apreciar esa perspectiva y ese contraste con lo irreal, también refleja lo imposible , ya que es imposible el hecho de que una silla este sobre dos patas en una chimenea, sin duda lo más logrado es el juego de luces y sombras.
Por otro lado, no me gustó nada que no hubiese un cartel explicativo, donde estuviese presente el nombre de la obra y el año, tan solo había un par de papeles plastificados que servían como guía, pero como en esos momentos hubiese más gente contemplando la exposición, no te enteras de nada.

Finalmente, cuando entras en la exposición, sientes un vacío, no sabes a donde ir porque  no entiendes nada, quizás porque son temas que los artistas apenas utilizan. Una pega que le pondría a la sala es la descontextualización, todo muy mezclado, no hay un hilo conductor  hasta que no profundizas y la contemplas detenidamente el significado de sus obras, todas tienen un gran trasfondo. Es una exposición que recomendaría al público, ya que en ella muestra su estilo tan particular, conoces un poquito más de Juan Muñoz.

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