lunes, 15 de febrero de 2016

TEORÍA CRÍTICA DE LA CARNE

TEORÍA CRÍTICA DE LA CARNE
Manuel Franquelo Giner, Biolencia Hepidé®mica, Twin Gallery. (14 de enero al 13 de febrero de 2016), Calle San Hermenegido 28, Madrid.
Esther Álvarez Herrero


La exposición descoloca los sentidos del visitante en el momento en el que, tras abrir la puerta de la Twin Gallery, encuentras uno no, sino tres simulacros de corderos colgados del techo y un cuarto, del que tras la inauguración “sólo quedan las sobras”, y al mismo tiempo notas un aroma a chocolate que agrada, a la vez que te desconecta de lo cárnico presente en todas las obras, en diferentes niveles, y con distintos significados. A pesar de lo evidente de lo representado, el mensaje que subyace a cada una de ellas mejora cuando se conoce el desarrollo teórico-crítico sobre lo expuesto. Se establece una relación entre lo evidente y lo inimaginable, como el hecho de que esos corderos, no sólo parecen reales, sino que son “comestibles”, en el mejor de los sentidos. Subyace a todas ellas una crítica latente que permite conocer las preocupaciones del artista y su posicionamiento con respecto al mundo en el que vivimos. A través de sus obras, de fuerte contenido crítico, consigue mostrar realidades explícitas sin pretender ser morboso pues, aunque quizá casualmente, tenemos presentes carnes animales y no humanas en sus obras, como en la impresión digital “The artificial being is a reality of perfect simulacrun”. Sin duda hubiese sido no sólo morboso, sino quizá demasiado provocativo para este artista que está apenas comenzando. En esta obra, en la que todo lo natural parece ser engullido por lo artificial, encontramos la única imagen de una carne que, en el resto, sólo se encuentra en la semiótica del mensaje global, en diferentes epidermis, como las que conforman su loncha de bacon que nos espera al final de nuestro recorrido por la galería como una bandera de nuestro tiempo, colgada en un tendal, tras haber sido puesta en remojo tantas veces que, como nos decía el propio Franquelo, quizá no llegue a tener ni el 20% de materia prima. Colgado como esta bandera que, de tanto que pesa, no puede ondear, su nombre, al igual que su materia prima, ha ido “perdiendo el significado”. Esa misma preocupación, no sólo de una pérdida de significado, sino una pérdida de principios en nuestro tiempo, por la cual somos inconscientemente guiados por el mundo del consumo, se respira en la Twin Gallery. Una preocupación que se vuelve palpable en la serie “In Vitro” y en “Dolly”, y evidente en lo putrefacto de los tubos de ensayo que la acompañan; del mismo modo se vuelve en un mensaje de violencia política en la sombra, que emana de sus impresiones “The Sacrifice” y “The Promise”. En la primera, el artista muestra su interés por generar discursos a través de objetos cotidianos, como el hecho de que una tabla de cortar carne nos sirva para equipararla a nuestro lugar en la sociedad. Tras una capa epidérmica, privilegiada, nos encontramos nosotros, la capa social, que nos creemos merecedores de la violencia que recibimos, pues se nos ha hecho creer que ése es nuestro sitio. Somos colocados delante, sin protección, para que “ellos” no sean dañados, cuando al final somos los únicos que recibimos los golpes mientras la “encimera” permanece inmóvil e impávida. La carga crítica que acompaña a Biolencia Hepidé®mica, es tan palpable como necesario es su conocimiento para acercarse a la conciencia humana que busca crear Franquelo, y eso es un punto en su contra pues, sin conocer esa masa teórico-crítica todo aquel que se acerque a su exposición probablemente se quede “descolgado” de su mensaje. Sin duda habremos de seguir la pista a un artista que olvida el “arte por el arte” en una profunda búsqueda de la realidad de nuestro tiempo desde una visión crítica y rotunda de alguien que no está conforme con ella ni con los medios tradicionales de expresión plástica.

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