jueves, 11 de febrero de 2016



“WE ARE NO LONGER WATER
 Hito Steyerl, Duty-Free Art. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Edificio Sabatini. 2016.
 Krishna Soto Moreno

Hito Steyerl llega al Museo Reina Sofía de Madrid en forma metafórica de maremoto. Un tsunami de imágenes, aparentemente sin hilo narrativo, llena la mente del espectador una vez que termina de recorrer la exposición de dicha artista. Aquel que no esté prevenido ante el complejo montaje audiovisual de la exposición podría llevarse una patada “bruceleeana” en sus entrañas y alterar su espíritu.
Ése sería el resumen de Duty-Free Art, pero lo cierto es que no es tan sencillo de explicar, es más, la palabra “sencillo” no tiene cavidad aquí. Steyerl se caracteriza por ser una influyente activista de diversos temas actuales de gran importancia. Su herramienta es el videoarte y sus derivados, un nuevo medio de expresión aún en desarrollo que facilita su mensaje crítico ¿Se cumplen las expectativas artísticas en Duty-Free Art? No ¿Y las expectativas intelectuales? La verdad es que sí. A pesar de no llamar la atención a la primera, la exposición de la nipona-germana tiene una fuerte carga reflexiva. Los montajes, las proyecciones y las imágenes poseen un gran poder, respaldadas o no por elementos audiovisuales, ya sean canciones de Depeche Mode o el Intro de la serie Spiderman
El error viene de que la pared pisoteada de Ignasi Aballí, que comparte pasillo principal con Steyerl, atrae más al espectador que la exposición de la artista, cuyo uso masivo de videos documentales o contemplativos de larga duración saturan al espectador, rompiendo su  capacidad de asimilar información. Pero quizás resida ahí la intencionalidad de la artista. Quizás busque que las personas desafíen sus límites mentales y físicos a la hora de captar su denuncia “video-conferencial”. Quizás quiera que se atrevan a pararse y reflexionar sobre su mensaje y así llegar a lo más hondo del individuo. Cosa que consigue Steyerl con creces si uno se detiene a observar, escuchar y esperar. Sino todo su esfuerzo habrá sido en vano y la conciencia colectiva seguiría dormida.
Sin embargo, el mero hecho de hacer una exposición crítica hacia los medios de comunicación y la digitalización del entorno a través de otros medios audiovisuales puede conducir a una contradicción. La excesiva ola de información es esencial para empapar, concienciar y herir al espectador en donde más duele: en la falta de empatía, en el egoísmo colectivo, en el control y manipulación por parte de los medios, en el belicismo, en la sociedad capitalista y en la falta de responsabilidad que padece el ser humano ¿Nos estaremos deshumanizando? Uno puede estar de acuerdo con los mensajes de Hito o no, podrá caerle bien más o menos, pero muchos estarán de acuerdo en que su mensaje se transmite con una ingeniosa brillantez, no apta para cualquiera.
Es brillante comparar los masivos proyectos artísticos de hoy en día con la creatividad del tráfico de armas que conduce a la democratización de la violencia. Es inteligente plantear que las guerras no lo ganan los bandos sino la propaganda de los medios de comunicación. Sublime el dar a entender que la tela de araña de Spiderman es una metáfora del peligro de Internet y su falta de privacidad. Es atroz la denuncia del sexismo en los medios, explicando una vez más, que la mujer se prostituye de muchas maneras para prosperar en diferentes ámbitos. Sobre todo, es demoledor darse cuenta de que ya no podremos disfrutar de nuestro entorno ni de la naturaleza sin una pantalla intermedia. La realidad que plantea Hito Steyerl, de la manera más artificial y contradictoria posible, es lo que se podría llamar la tragedia del día a día, porque, a diferencia de Bruce Lee, nosotros ya no somos agua.


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