“WE
ARE NO LONGER WATER”
Hito Steyerl, Duty-Free Art. Museo Nacional Centro de Arte Reina
Sofía, Edificio Sabatini. 2016.
Krishna
Soto Moreno
Hito Steyerl llega al Museo Reina Sofía de Madrid en forma
metafórica de maremoto. Un tsunami de imágenes, aparentemente sin hilo
narrativo, llena la mente del espectador una vez que termina de recorrer la
exposición de dicha artista. Aquel que no esté prevenido ante el complejo montaje
audiovisual de la exposición podría llevarse una patada “bruceleeana” en sus
entrañas y alterar su espíritu.
Ése sería el resumen de Duty-Free
Art,
pero lo cierto es que no es tan sencillo de explicar, es más, la palabra “sencillo”
no tiene cavidad aquí. Steyerl se caracteriza por ser una influyente activista
de diversos temas actuales de gran importancia. Su herramienta es el videoarte
y sus derivados, un nuevo medio de expresión aún en desarrollo que facilita su
mensaje crítico ¿Se cumplen las expectativas artísticas en Duty-Free Art? No
¿Y las expectativas intelectuales? La verdad es que sí. A pesar de no llamar la
atención a la primera, la exposición de la nipona-germana tiene una fuerte
carga reflexiva. Los montajes, las proyecciones y las imágenes poseen un gran
poder, respaldadas o no por elementos audiovisuales, ya sean canciones de Depeche Mode o el
Intro de la serie Spiderman.
El error viene de que la pared pisoteada de Ignasi Aballí,
que comparte pasillo principal con Steyerl, atrae más al espectador que la exposición
de la artista, cuyo uso masivo de videos documentales o contemplativos de larga
duración saturan al espectador, rompiendo su capacidad de asimilar información. Pero quizás
resida ahí la intencionalidad de la artista. Quizás busque que las personas
desafíen sus límites mentales y físicos a la hora de captar su denuncia “video-conferencial”.
Quizás quiera que se atrevan a pararse y reflexionar sobre su mensaje y así llegar
a lo más hondo del individuo. Cosa que consigue Steyerl con creces si uno se
detiene a observar, escuchar y esperar. Sino todo su esfuerzo habrá sido en
vano y la conciencia colectiva seguiría dormida.
Sin embargo, el mero hecho de hacer una exposición crítica
hacia los medios de comunicación y la digitalización del entorno a través de
otros medios audiovisuales puede conducir a una contradicción. La excesiva ola
de información es esencial para empapar, concienciar y herir al espectador en
donde más duele: en la falta de empatía, en el egoísmo colectivo, en el control
y manipulación por parte de los medios, en el belicismo, en la sociedad
capitalista y en la falta de responsabilidad que padece el ser humano ¿Nos
estaremos deshumanizando? Uno puede estar de acuerdo con los mensajes de Hito o
no, podrá caerle bien más o menos, pero muchos estarán de acuerdo en que su
mensaje se transmite con una ingeniosa brillantez, no apta para cualquiera.
Es brillante comparar los masivos proyectos artísticos de
hoy en día con la creatividad del tráfico de armas que conduce a la democratización de la
violencia. Es inteligente plantear que las guerras no lo ganan los bandos sino
la propaganda de los medios de comunicación. Sublime el dar a entender que la
tela de araña de Spiderman es una
metáfora del peligro de Internet y su falta de privacidad. Es atroz la denuncia
del sexismo en los medios, explicando una vez más, que la mujer se prostituye de
muchas maneras para prosperar en diferentes ámbitos. Sobre todo, es demoledor
darse cuenta de que ya no podremos disfrutar de nuestro entorno ni de la
naturaleza sin una pantalla intermedia. La realidad que plantea Hito Steyerl, de
la manera más artificial y contradictoria posible, es lo que se podría llamar la
tragedia del día a día, porque, a diferencia de Bruce Lee, nosotros ya no somos agua.
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