miércoles, 10 de febrero de 2016

CÓDIGOS DE CONFUSIÓN

Duty-Free Art, Hito Steyerl en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, 11 Noviembre 2015- 21 Marzo 2016


Pablo J . Hernández Diego

“In any culture i am only interested in wathever is unspecific about it”, estas fueron las primeras palabras que escuché de Hito Steyerl, pertenecen al principio de un vídeo que presentaba su primera exposición monográfica “Circulacionismo” en MUAC el año 2014. Creo que esa frase es un buen comienzo para enfrentarse a la obra de esta artista alemana si no se sabía de ella.
 Datos, mapas, coordenadas, puertos, depósitos, industrias, cárcel, confusión, cultura, basura, rutas, líquido, fluidez y máquinas que establecen una era “post-humana”, entre otros. Diseccionar el discurso expositivo de Hito Steyerl es complicado si no se tiene conciencia de un proceso oscuro, digitalizado e insensible de globalizar  la información, lo cual produce una mezcla de confusión, pasividad y, paradójicamente, desinformación.
 El Centro de Arte Reina Sofía ha querido reunir obras de esta artista siendo la primera vez que se pueden ver en España, incluyendo una que se ha realizado específicamente para esta exposición: The Tower. Bajo el nombre “Duty-Free Art”, la muestra crea un ambiente de desconcierto debido a toda la información reunida a través de los 13 videomontajes, por lo que deglutir la exposición será complicado, haciendo que uno salga confuso por lo que acaba de ver.
 La primera obra, Strike, nos muestra un golpe a la tecnología, una materialización de las corrientes de información y pensamiento que ahora no son más que códigos binarios almacenados, viajando de un lado a otro, de máquina a máquina. Guards nos presenta a dos policías con formación militar aplicando esas técnicas en un museo, lo que nos hace pensar que el museo actúe como enemigo o que nosotros seamos los enemigos potenciales del museo, si la relacionamos con Duty-Free Art nos damos cuenta de que el arte que reside en las zonas portuarias francas se convierte en un objeto de protección frente a un enemigo, un arte al que muy pocos pueden acceder y que forma parte de un museo-almacén donde la obra ha perdido la función que tuviera , convirtiéndolas en meros objetos manufacturados. Observamos también el museo como lugar de refugio, no solo para el arte, sino para las personas que escapan a su destino, espacios que por un instante no tienen un sentido, guaridas para refugiados, escenarios de guerra, almacenes de historias.
The tower y Liquidity, Inc nos muestran una realidad perversa que podemos observar sentados cómodamente en la misma obra. Sin embargo, esta inmersión que te permite los sillones y cojines se ve perturbada por la saturación de imágenes que la artista proyecta: la equiparación del clima con el terror a través de conceptos mercantilistas y meteorológicos, la diversión del videojuego en una habitación adecuada para ello con la confusión de las imágenes  reales y ficticias que denuncia los museos ocultos a los que nunca tendremos acceso.
Después de precipitarnos al vacío en In Free Fall, salimos de la muestra con la misma sensación: no sabemos donde hemos aterrizado ni que es esa información reveladora que acabamos de recibir en el viaje. Solo oímos voces, ruido, explosiones, disparos y música alta, en contraposición a un espacio donde solo hay silencio, guardias, oscuridad, no hay visitantes, solo pitidos de máquinas, cables, un laberinto de pasillos interminables donde se gestan todas las relaciones mundiales mercantiles e informativas, un lugar que no podemos palpar, ver o sentir. Se trata de un entramado de ideas complicadas de relacionar, una panoplia tecnológica. Por esta misma razón expliqué al principio que es muy complicado diseccionar la obra de Hito Steyerl si no te tiene conciencia de una serie de factores y, aún teniéndola, uno no sabe si ha conseguido entender su mensaje completo.

  

No hay comentarios:

Publicar un comentario