BON APPÉTIT
Manuel Franquelo Giner, Biolencia Hepidé®mica, Twin Gallery
Beatriz Lalanda
Manuel Franquelo Giner, Biolencia Hepidé®mica, Twin Gallery
Beatriz Lalanda
La exposición Biolencia Hepidé®mica creada por el artista Manuel Franquelo Giner muestra una serie de
obras en: dibujo, escultura, fotografía e instalaciones que envuelven al
visitante en un ambiente frio y escalofriante, con aroma a cacao.
Al llegar te recibe la obra móvil
“Un cordero después de haberle explicado lo
que es el arte contemporáneo”, instalación impactante que recuerda con
sorna a los animales de Bruce Nauman. La obra se compone de cuatro figuras esculpidas
en chocolate colgadas del techo como en un matadero, es sobrecogedora, pero es una paradoja, pues la obra que más
repulsión produce es la más “natural”.
A su alrededor se concentran
otras obras que también aluden a la crudeza de los alimentos, pero nuestro cerebro ya es inmune a sentir tal
repulsión, y esta tan acostumbrado a esos productos, por obra y gracia del marketing,
que olvidamos su artificialidad y los percibimos apetitoso, como en la obra
La exposición crea un discurso alimenticio
hipocondriaco; paranoico y catastróficio. Lleva al espectador progresivamente a
una reflexión escrupulosa del origen de los productos culinarios que consume y
utiliza cotidianamente.
Desde un principio, se produce
un vuelco en las entrañas. El discurso museográfico te induce a vislumbrar la
serie "In vitro", seis dibujos realizados con la tonalidad roja
de un bolígrafo Bic, plasman una serie de imágenes de una minuciosidad
espectacular. Estos dibujos entre si tienen un diálogo un tanto abstracto, pero
que te produce inestabilidad, la ruptura en
la simetría de las composiciones por pequeños detalles auguran un mal
presagio, y un sentimiento violento. Entre los dibujos destaca una célula, el
organismo más pequeño que compone a un ser vivo. La gran cantidad de avances científico-biológicos que se
produjeron durante el siglo pasado, proporcionó a los seres humanos una capacidad creadora
comparable con la de un dios. Los científicos fueron capaces de modificar células y
crear vida clonada, el ejemplo más popular sin duda fue la
oveja Dolly, la cual se recuerda en la obra homónima, donde también se hace un
repaso a su genealogía y al peligro de su descontrol. Tal es el pavor que se desprende
en la exposición por la manipulación de
la vida, que a esta obra le sigue “ la obra refleja un trozo de
carne dentro de un ordenador, es sin duda una denuncia futurista sobre la
intervención en los productos alimenticios. A partir de este momento se termina
el discurso reflexivo sobre los transgénicos y comienza una dura crítica al
consumidor y al capitalismo.
La crítica antisistema es lo de
siempre, el abaratamiento del coste final de un producto, a cambio de reducir la calidad y
los costes de su producción.
Lo que hace especial a esta exposición son los
golpes que pega al consumidor. Esta claro que el capitalismo siempre va a buscar
el mejor beneficio, pero el sujeto que compra tiene que tener conciencia, no
puede dejarse influir simplemente por el marketing. Si vivimos en un mundo que
se basa en la oferta y la demanda, debemos demandar calidad y si las industrias
necesitan disminuir costes, que ahorren en publicidad.
En conclusión la exposición te
purga, te hace reflexionar mediante la traumatización. El medio aunque duro resulta muy efectivo, obliga a hacer examen de
conciencia y a pensar sobre el estado anímicode uno mismo. Lo corderos que al principio estremecían
y producían grima al terminar es justo
lo contrario alivian, da esperanza el hecho de que haya alimentos sin
tantos aditivos, y pasa lo contrario con el bacón, bueno con el 80% restante del producto.
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