Juan Muñoz , Galería Elvira González,
20 de enero - 30 Marzo 2016, Madrid
Cynthia Donoso Cuenda
El espacio de la galería Elvira González es el elegido
para reunir la primera exposición de Juan Muñoz en España. Muñoz es un artista
español con gran proyección internacional debido a que estudió escultura y
grabado en Reino Unido, convertido en un gran referente gracias a la renovación
de la escultura contemporánea y la apuesta por la figura humana. Su obra se
podría definir como un puente entre la escultura clásica y la contemporánea. El
hecho de ser un artista internacional y su reciente muerte en el año 2001, no
ha hecho más que acrecentar su fama como artista hasta consolidarse como uno de
los artistas de escultura europea más importante. Sus obras se caracterizan por
ser de carácter narrativo, creando escenas y espacios de ensoñación que logran
de manera exitosa interactuar con el público. No solo consigue que el público interactúe
con la obra sino que hace que el espectador se sienta que forma parte de la
misma.
La exposición
recoge una muestra de esculturas, grabados y pinturas, fechadas desde la década
de los noventa hasta el 2000, periodo de madurez del artista, que reflejan
el mundo interno del artista. Las
esculturas se caracterizan por su monocromía en gris y la falta de detalles en
los personajes, es decir, los personajes no tienen elementos que los hagan
particulares sino que se trata de modelos universales, lo que nos provoca
incomodidad, rechazo y es precisamente el factor que nos hace cuestionarnos no
solo como elemento individual sino como sociedad.
La exposición te
traslada a un escenario imaginario donde te encuentras perdido, solo y confuso.
La imagen que recrea es desoladora y solitaria gracias a varios cuadros negros donde
se vislumbra en la sombra una silla, una chimenea y una mesa sintiéndonos en un
ambiente íntimo y perturbador que se contrapone con el blanco impoluto de las
paredes de la galería. Raincoat drawing
es un rincón desierto, cuyos colores predominantes es el negro y el gris y los
únicos protagonistas son una mesa y dos sillas. Siguiendo esta línea, nos
encontramos Sin título, 1998 se trata
de fotografías que captan una escalera en forma de caracol desde diferentes
ángulos y que crean una sensación de agobio, desorientación e incluso de claustrofobia.
El artista nos empieza a introducir en un ambiente dubitativo, cuestionándonos como
ser y comunidad. Comenzamos así un viaje por la retrospectiva del mundo interno
de Juan Muñoz.
Frente a esta
sensación, nos encontramos con unas esculturas de personas de un tamaño menor
al natural, sin pies, monocromáticas y lo más paradójico, es su expresión,
gozosa y sonriente. Como es el caso de la obra Sin título, 2001, donde frente a un espejo podemos ver dos hombres
agarrados riéndose. En este momento, el visitante se encuentra confundido ante
un mensaje contradictorio, la soledad recreada en un ambiente íntimo y lo que aparentemente
es la felicidad y la alegría. El artista nos invita de esta forma a hacer una
retrospectiva de nuestro yo y de la sociedad en la que vivimos. Nos encontramos
solos en un mundo de hipocresía, donde la felicidad se consigue a base del
sufrimiento del prójimo, donde ya no se mira por los intereses comunes sino por
los individuales. Esta conclusión, se ve claramente reflejada en la obra Two figures one laughing at one hanging ,
donde podemos ver la crueldad en su máximo esplendor, mientras que un hombre se
representa ahorcado, otro mira la escena riéndose, sin el más mínimo ápice de
compasión. Es la búsqueda de la cruda realidad camuflada en una falsa sonrisa.
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