miércoles, 24 de febrero de 2016

UNA SONRISA DEVASTADORA

Juan Muñoz , Galería Elvira González,
20 de enero - 30 Marzo 2016, Madrid
Cynthia Donoso Cuenda


El espacio de la galería Elvira González es el elegido para reunir la primera exposición de Juan Muñoz en España. Muñoz es un artista español con gran proyección internacional debido a que estudió escultura y grabado en Reino Unido, convertido en un gran referente gracias a la renovación de la escultura contemporánea y la apuesta por la figura humana. Su obra se podría definir como un puente entre la escultura clásica y la contemporánea. El hecho de ser un artista internacional y su reciente muerte en el año 2001, no ha hecho más que acrecentar su fama como artista hasta consolidarse como uno de los artistas de escultura europea más importante. Sus obras se caracterizan por ser de carácter narrativo, creando escenas y espacios de ensoñación que logran de manera exitosa interactuar con el público. No solo consigue que el público interactúe con la obra sino que hace que el espectador se sienta que forma parte de la misma.

La exposición recoge una muestra de esculturas, grabados y pinturas, fechadas desde la década de los noventa hasta el 2000, periodo de madurez del artista, que reflejan el  mundo interno del artista. Las esculturas se caracterizan por su monocromía en gris y la falta de detalles en los personajes, es decir, los personajes no tienen elementos que los hagan particulares sino que se trata de modelos universales, lo que nos provoca incomodidad, rechazo y es precisamente el factor que nos hace cuestionarnos no solo como elemento individual sino como sociedad.


La exposición te traslada a un escenario imaginario donde te encuentras perdido, solo y confuso. La imagen que recrea es desoladora y solitaria gracias a varios cuadros negros donde se vislumbra en la sombra una silla, una chimenea y una mesa sintiéndonos en un ambiente íntimo y perturbador que se contrapone con el blanco impoluto de las paredes de la galería. Raincoat drawing es un rincón desierto, cuyos colores predominantes es el negro y el gris y los únicos protagonistas son una mesa y dos sillas. Siguiendo esta línea, nos encontramos Sin título, 1998 se trata de fotografías que captan una escalera en forma de caracol desde diferentes ángulos y que crean una sensación de agobio, desorientación e incluso de claustrofobia. El artista nos empieza a introducir en un ambiente dubitativo, cuestionándonos como ser y comunidad. Comenzamos así un viaje por la retrospectiva del mundo interno de Juan Muñoz.


Frente a esta sensación, nos encontramos con unas esculturas de personas de un tamaño menor al natural, sin pies, monocromáticas y lo más paradójico, es su expresión, gozosa y sonriente. Como es el caso de la obra Sin título, 2001, donde frente a un espejo podemos ver dos hombres agarrados riéndose. En este momento, el visitante se encuentra confundido ante un mensaje contradictorio, la soledad recreada en un ambiente íntimo y lo que aparentemente es la felicidad y la alegría. El artista nos invita de esta forma a hacer una retrospectiva de nuestro yo y de la sociedad en la que vivimos. Nos encontramos solos en un mundo de hipocresía, donde la felicidad se consigue a base del sufrimiento del prójimo, donde ya no se mira por los intereses comunes sino por los individuales. Esta conclusión, se ve claramente reflejada en la obra Two figures one laughing at one hanging , donde podemos ver la crueldad en su máximo esplendor, mientras que un hombre se representa ahorcado, otro mira la escena riéndose, sin el más mínimo ápice de compasión. Es la búsqueda de la cruda realidad camuflada en una falsa sonrisa.

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