martes, 9 de febrero de 2016

DISPARANDO AL MUNDO CON LAS BALAS DEL ARTE Y LA TECNOLOGÍA CRÍTICA
Hito Steyerl, Duty-Free Art, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, 11 de noviembre de 2015 – 21 de marzo de 2016, Madrid
Esther Álvarez Herrero

Tras ir atendiendo a los diferentes ensayos fílmicos, nos damos cuenta de que estamos en un espacio de debate crítico, más que un espacio expositivo al uso. Mientras vemos sus propuestas audiovisuales, en las que se nos plantean de manera mordaz, irónica e incluso sarcástica, rozando lo absurdo, temas muy serios, nos ofrecen asientos, a cada cual más incómodo y de un diseño, cuanto menos particular, que hacen pensar en su relación con el audiovisual presentado. En las salas con bancos corridos la incomodidad se nos muestra a través de pantallas demasiado cercanas que, debido a la calidad de imagen, roza el mareo que se va acrecentando debido a las más de tres horas que debes estar en la exposición si quieres verla y sobrevivir de un tirón. Este se multiplica con los sonidos estridentes y las luces que rodean el vídeo In Free Fall, en el que pudiera parecer que quieren recrear el interior del avión que se nos muestra, con sofás cómodos, pero con unas luces azules de neón que, siendo de las últimas salas, llegas en un estado entre el cansancio y el mareo, que parece rematarlo. Más allá de esta incomodidad física, la exposición comienza con una incomodidad psicológica al presentarnos en Guards, en tamaño casi natural, a varios guardias que nos alertan de los peligros en los museos, sin saber si ese peligro lo representamos nosotros mismos. Esto junto al vídeo inicial de Steyerl en el que golpea con un cincel una pantalla, cuanto menos inquieta. Después pasamos a Liquidity Inc. en la que, dentro de un contexto de tatamis de gimnasio y sacos de arena, podemos recostarnos en un soporte en forma de ola y unos, estos sí, cómodos cojines donde acomodarnos. Tras esta aparente comodidad física, comienza la incomodidad del vídeo que se presenta bajo consignas tan efectivas, dentro de su comparación con el boxeo, como “cuando tienes dinero tienes control” pero, primero, nos pide que “vaciemos nuestra mente”. Crea su discurso a través de la comparación de la fluidez del agua con el fluir del dinero, incluso nos habla del clima mundial en términos de “nubes corporativas” y movimientos de mercado, anunciando que “El clima es tiempo, el clima es dinero, el clima es terror”. Después están dos salas que muestran su relación con Andrea Wolf, como Lovely Andrea ligado a los problemas éticos que sugiere la auto suspensión uniendo dolor y placer; y November en la que muestra cómo Andrea se ha convertido en una “imagen errante”, relacionándola con la violencia como agente destructor de la sociedad y la generalización del uso de las armas como detonante. En esta línea está también In the museum a Battelfield en la que defiende la existencia de relaciones entre el armamento militar y el mercado del arte. En este punto en el que, todo sincronizado, llevas ya más de dos horas y media de visita, todavía, queda la mitad de la exposición por ver. Tras el mareo producido por In free fall pasamos a una sala en la que Steyerl nos enseña maneras de desaparecer parodiando los estándares americanos utilizados por las fuerzas armadas para las fotografías aéreas. En I Dreamed a Dream aborda el problema de la producción del arte en masa que proviene de la desespecialización de la humanidad y esta, a su vez, de la democratización de las armas. Las dos salas restantes muestran la relación de la política y los modos de narración creados incluso a través de los videojuegos, con el arte. Así, Duty-Free Art, puede ser entendido a través de las zonas francas donde hoy en día se almacena una cantidad ingente de arte y, también, en cuanto a la existencia de un arte que no tiene que hacer nada para existir. A través de estos ensayos fílmicos se crea un fuerte espacio de debate y concienciación que, aunque incómodo, es efectivo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario