FRONTERA
ENTRE METÁFORA Y REALIDAD
Manuel Franquelo, Biolencia hepidérmica,
Twin Gallery (14 enero - 13 febrero 2016)
Andrea Sanz Sáez
Manuel Franquelo se estrena en la galería Twin Gallery con su
primera exposición individual, tras haber participado en algunas
muestras colectivas (como en el Centro Conde Duque de Madrid, en la
feria Arts Takes Miami o en el Museo del Traje) siempre en la misma
línea de arte conceptual, marcando sus preocupaciones por la teoría
crítica y las inquietudes actuales de su generación. A través de
distintas disciplinas como la fotografía, la escultura, el dibujo o
la instalación, el joven artista expresa su propia hipocondría.
Casi como un relato autobiográfico muestra una realidad cotidiana
dentro de la galería, una realidad tosca y atrayente que roza lo
ordinario, siendo en ese punto de fricción donde se encuentra la
sensualidad y el camino a lo sublime como diría Lyotard.
Biolencia hepidérmica
presenta desde el punto de vista estético de un modo armonioso todos
los objetos destacando el rojo sangre sobre el fondo blanco; también
desde el temático, a un nivel superficial, con carne fotografiada,
corderos con sabor chocolate colgando, un bacon de silicona no muy
apetecible a gran escala o una serie de moscas llamadas por la
putrefacción misma dibujadas a boli Bic. Por mucho que le pese a
Franquelo hablar de la técnica que utiliza y mencionar de pasada que
es asombrosa en todas las disciplinas, cuidando el detalle, casando a
la perfección la metáfora de la realidad con el mensaje crítico
que pretende emitir. Durante toda la exposición realiza su propia
lectura de la biopolítica de Faucault, de la dimensión entre
política y vida y cómo ésta influye en el control de la sociedad a
través de la ideología y del propio cuerpo del individuo,
manifestándola a partir de sus observaciones sobre lo cotidiano.
La idea de equiparar a la multitud
con la carne la elabora a partir del texto de Antonio Negri en Cinco
lecciones en torno a Imperio:
“Del mismo modo que la carne, la multitud es pura potencialidad, la
fuerza no formada de la vida, un elemento del ser”. Sin embargo,
Manuel Franquelo no expone esa potencialidad y esa fuerza de la
sociedad, del cuerpo, del ser; sino todo lo contrario, cómo la
manipulación política en función de sus intereses, de los avances
científicos, del progreso tecnológico, hacen del individuo un ente
cada vez menos significativo.
La
metáfora que mejor se percibe es la de su obra “The artificial
being is a reality of perfect simulacrum”, donde un CPU abierto
trata de ingerir un filete de carne, así como todo lo artificial que
nos rodea absorbe a esa multitud de la que hablamos. O con un
discurso similar en torno a lo científico, la temeridad del caso de
la oveja Dolly como primer mamífero clonado, se repite a partir de
los sellos estampados con su nombre en una secuencia interminable. El
rastro político aparece con el título irónico “Sacrifice” y
“The Promise”, con los que a partir de una realidad trivial como
son una tabla de cortar y una bandeja de carne, alude a la
perversidad biopolítica que tan bien anuncia Slavoj Zizek,
desvelando la ceguera que “la carne” se autoimpone.
Podría
parecer una alegación ardua, con metaforizaciones complicadas,
realizando un discurso de una realidad ajena o inventada; sin
embargo, nada más lejos de la realidad es perfecto para traspasar
sin tapujos la (pseudo)censura que estamos sufriendo, un macarthismo
reactualizado y renovado, para el que una metáfora enrevesada o una
alegoría laboriosa es la mejor medicina.
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